jueves, 5 de agosto de 2010

Los sacramentos de la vida


Siempre quise hacer una entrada sobre este cuaderno, pero nunca terminé de lanzarme. Unas veces me echaba atrás el que dirán, que la gente empezara a pensar que este espacio comenzaba a oler a incienso. Otras tantas pensé - ¿a quién le podrá interesar?. En otros ratos pienso si alguien lo llegará a leer, y como hoy no estoy para pensar mucho, me lanzo a la aventura.

Bueno, no es del todo verdad que escriba por que si. Rescatar este cuaderno de la librería se lo
debo a una de esas conversaciones que dejan huella, y más que a las palabras en sí, a la persona que me lo trajo de nuevo a la mente. Porque gracias a esta persona, gracias a este cuaderno, y gracias también a que al verano la ha dado por travestirse de otoño en Zaragoza, estas noches se me hacen menos noches y parece que cada mañana amanece más temprano.



El cuaderno en cuestión se titula "Los sacramentos de la vida" y su autor es Leonardo Boff. Recuerdo muy bien como llegó a mis manos (lo compré en una librería), y no tanto quien me habló de él por primera vez. La cosa es que me cautivó la primera vez que lo leí, aunque sea ahora en la nueva lectura cuando esté empezando a encontrarle sentido a ciertas historias.
La idea que pretende transmitir el autor es la presencia continua de Dios en nuestras vidas, que se hace sacramento en las cosas más insignificantes, y que en un principio parecerían carecer de valor alguno. Es un canto a la sencillez, una alabanza a la humildad. Una teología de barro.

Ya lo advierte el autor nada más comenzar el texto. "Cuando las cosas comienzan a hablar..." parece despertar en el lector todos los sentidos, y nos hace bajar la cabeza que se ha quedado absorta mirando el dedo que señala. También tiene destinatarios, pues repite advertencia cuando descubre que el "librito" se dirige a "quienes viven de otro espíritu que les permite ver más allá de cualquier paisaje y alcanzar siempre más allá de cualquier horizonte". Si eres de estas personas, puede que tengas aquí un libro de cabecera.



Del contenido del librito prefiero no desvelar casi nada. Creo que es mejor dejarse sorprender. Sólo haré una muestra del que para mí es el pasaje más entrañable...

El sacramento de la colilla

"En el fondo del cajón se esconde un pequeño tesoro: una cajita de cristal con una pequeña colilla; de picadura y de humo amarillento como las que se suelen fumar en el Sur del Brasil. Hasta aquí nada nuevo. Sin embargo esa insignificante colilla tiene una historia única. Habla al corazón. Posee un valor evocador de infinita añoranza. (...)

De ahora en adelante la colilla ya no es una colilla de cigarrillo (...) Está vivo y habla de la vida. Acompaña a la vida. Su color típico, su fuerte olor y lo quemado de su punta lo mantienen aún encendido en nuestra vida."

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