Una tarde de cañas, un buen amigo mio que dudo que algún día pueda llegar a serlo del todo me dijo, entre risas y citando a su vez a un amigo conocido de Galeano, que al paso que íbamos, con ese ritmo de cervezas, con tanta mezcla continua de hipocresía y espuma, corríamos el riesgo ineludible de "hamburguesarnos".
Que se empezaba llevando americana y se acababa votando a la derecha, y que ademas tu lo deberías tener más en cuenta, porque cada día que te levantas lees en la pared de tu habitación el relato de la misma historia.
Que no vale de boquilla, que así hasta mi abuela; que queda muy bonito mentir con versos de poeta, pero no deja de ser mentira.
Que la promesa en verso embelesa la mente y no deja pensar al corazón, que es el único inmune a la cruel hipocresía, que acaba con las ideologías más firmes.
Que lo que aquí queremos son vidas y no palabras. Ni ropas, ni complementos, ni canciones... Las canciones se hicieron para ser cantadas y escuchadas por quien escucha al que canta, no para arrojarlas como abanderadas de un pensamiento que en clave de nada, siempre acaba como término medio a los cinco minutos.
Que al final descubres que personas que creías únicas, son copia falsa de cientos como ellas. Sólo que mentían con versos de poeta...
Volvimos a casa, cada uno a la suya, como dos buenos "hamburguesados"...
Que por un momento habían temido el poder de seducción de la poesía.
Que habían dejado de preocuparse por si mismos, para de nuevo en hipocresía caer.
Que se empezaba llevando americana y se acababa votando a la derecha, y que ademas tu lo deberías tener más en cuenta, porque cada día que te levantas lees en la pared de tu habitación el relato de la misma historia.
Que no vale de boquilla, que así hasta mi abuela; que queda muy bonito mentir con versos de poeta, pero no deja de ser mentira.
Que la promesa en verso embelesa la mente y no deja pensar al corazón, que es el único inmune a la cruel hipocresía, que acaba con las ideologías más firmes.
Que lo que aquí queremos son vidas y no palabras. Ni ropas, ni complementos, ni canciones... Las canciones se hicieron para ser cantadas y escuchadas por quien escucha al que canta, no para arrojarlas como abanderadas de un pensamiento que en clave de nada, siempre acaba como término medio a los cinco minutos.
Que al final descubres que personas que creías únicas, son copia falsa de cientos como ellas. Sólo que mentían con versos de poeta...
Volvimos a casa, cada uno a la suya, como dos buenos "hamburguesados"...
Que por un momento habían temido el poder de seducción de la poesía.
Que habían dejado de preocuparse por si mismos, para de nuevo en hipocresía caer.
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